¿ Puedes negar que el deseo y el amor sobrevuelan nuestras cabezas como el hambre se agarra con uñas y dientes al estómago vacío y que el fracaso no es nada más que un aterrizaje de emergencia ?, ¿ también podrás negar que los minutos gatean cuesta arriba cual tortuga coja mientras los años despegan en vuelos supersónicos y que embarcarse en la teoría del tiempo que fluye es como dejarse arrastrar por la esperanza que nos viste y nos desnuda, que nos hace y nos destruye ?.
¿ Puedes negar que una mariposa puede ser un águila guerrera y que el recuerdo es hijo de sus propias circunstancias, que el perdón es una vacuna que inyecta en nuestras venas el derecho a borrón y cuenta nueva ?. Si lo niegas tampoco sabrás que vivir es nadar contracorriente mientras se camina de rodillas con los ojos cerrados sin salir del lugar donde te hayas y que para pensar sin miedo a tropezar en el intento conviene abrocharse el cinturón antes de iniciar ese viaje al más adentro y que para ganar o perder es imperativo arriesgarse en decisiones acrobáticas aunque terminemos estrellados a la vera de nosotros mismos en el fondo de las preguntas sin respuesta sobre las sábanas del lecho nupcial del desatino.
¿ Te atreves a negar que la vida es un vuelo a ciegas sobre la piel de gallina de un instante, que el tiempo es una enciclopedia que se escribe sin palabras, que el orgasmo es un temblor que empieza en el dobladillo de nuestra líbido y termina dando las gracias en un grito a veces ahogado, que la felicidad es una hecatombre inacabable, un terremoto de reflejos cargados de vehemencia que arroja por los poros ambrosía del alma y que todos jugamos a juegos candentes con cartas marcadas con gotas de vida.?
Niega si no te atreves a abrir los ojos y ver lo que rodea a cada poro de tu piel, niega solo... si tienes miedo a vivir.