LAS MANOS

Leed esto como os lo contaría si os tuviera delante: bajito, suave y muy despacio por favor.


¿ desde cuándo pintas Ana ?

¿ desde cuándo pinto me preguntas ?… desde que recuerdo …desde niña…desde siempre.

Esta pregunta trae a mi uno de los pocos recuerdos felices de mi niñez, cierro los ojos y estoy en el pueblo de mi padre, de mis abuelos en esos meses de verano de colegio, cuando los niños éramos más niños y el tiempo corría más despacio, cuando se jugaba con la imaginación e íbamos a la iglesia los domingos con rebeca porque sino el cura no nos dejaba entrar… -pero es que yo no quiero ir- "póntela que ya han tocado a misa" , días de risas, pandillas y cromos, benditos días de inocencia y despreocupación.
Recuerdo que cuando todos hacían la siesta y el pueblo bajo esa canícula de calor dormitaba hasta el atardecer, cuando los perros tumbados a la sombra te miraban pasar levantando la cabeza incrédulos y me veían correr levantando polvo de las calles resecas, cuando las chicharras se quedaban afónicas en un duelo a ver quien podía más, cuando el aire caliente te envolvía haciéndote cerrar los ojos, cuando todos morían un poco ( porque como decía el poeta.. dormir es morir un poco ) esa niña que recuerdo ahora y que os escribe pedacitos de ella subía a una bicicleta prestada , de esas que hay en los pueblos que no sé sabe muy bien de quién es con un block y un lápiz en una mano y hacía carreras con su propia sombra, riéndose sola…sabiéndose ganadora siempre camino del río a sentarse bajo la sombra de los chopos y allí rodeada del murmullo de las hojas que parecían saludarla y con el suave correr del agua como música de fondo… allí solamente: dibujaba.
De vuelta a la adulta con parte de esa niña que quiero conservar siempre os diré que he pintado unos cuantos cuadros en lo que me va de vida, he hecho infinidad de dibujos, bocetos, destrozos y alguna cosa que otra decente … algunos cuelgan de las paredes de mi casa otros de lasa casas de las personas a quien se los regalé con todo mi cariño, otros duermen arropados con otros como milhojas resecos en carpetas, cajas, olvidados esperando su momento, otros pobres de ellos fueron abortados antes casi de nacer.
También tengo otros cuadros y otros dibujos digamos mucho más interesantes que los míos ( eso es fácil creedme ) ya sea por técnica, originalidad, firma … etc.
Pero este que hoy os muestro queridos lunáticos, este es sin duda y será siempre el más especial de todos ellos. Es una parte tan mía, tan de mi que solo después de leer lo que os cuento a continuación entenderéis hasta que punto y de que forma.



Un día alguien pasó por delante de el y parándose a mirarlo fijamente me preguntó: ¿ esas manos de quien son ? Sonreí dulce y tristemente a la vez para decir casi en un susurro: - no lo sé, aún no lo sé. Me miró con extrañeza y curiosidad, sin palabras sus ojos me pidieron: cuéntame Ana, sé que algo se esconde bajo ese simple papel y tus palabras. ¿ tienes tiempo ? - pregunté- es una historia que no puedo contar deprisa, me gustaría contártela con tiempo por delante, en voz baja y sobre todo con el alma en zapatillas, sólo así podría.

Cuéntame…

Y respirando profundamente y con los ojos entornados empecé a contar

Una noche tuve un sueño, eso no es nada raro ya que suelo recordar casi nitidamente todos mis sueños y a diario pero este fue distinto….

En ese sueño me veía a mi en un lugar que no tenía ni cielo ni tierra ni paredes ni suelo… era oscuro, no hacía frío ni calor, ningún sonido me llegaba procedente de ningún lugar. No tenía miedo, ni angustia, solo estaba allí y caminaba, caminaba sin ser consciente de donde pisaba, sin saber adónde, solo caminaba como si mis pies supieran donde debían de ir, sin tiempo ni prisas, sin ver pero confiada. Caminaba y no me preocupaba no saber dónde me conducirían mis pasos, como una niña feliz que va agarrada de la mano de su padre, no pregunta, no le importa como yo cuando iba de la mano del mío.
Caminaba y a lo lejos se veía en la oscuridad un reflejo suave y hacía el me encaminé, se hacía más palpable y me envolvía despacio a cada paso que daba… y en esa luz se veía una mancha borrosa que no sabía qué era pero caminaba y caminaba hacía ella. Poco a poco se hizo más nítida y pude reconocer una figura humana y un poco más tarde a la persona a la que correspondía ese contorno. Paré por unos instantes porque al saber quién era se me llenó el alma de alegría.

“ eres tú , eres tú mi amor “

Creo que más que pensarlo lo dije en voz alta, era él y no podía caminar porque cielos cuánto tiempo esperando, cuánto tiempo y cuánta energía, cuantas equivocaciones y sufrimientos me habían conducido a él. No podía seguir porque me parecía mentira. Recordé aquella frase que decía: cuando llegue lo bueno si es que lo hubiera no creería que llega ni aunque lo viera . Pero ahí estaba, de espaldas a mi y yo mirándole con tanto amor y ternura desbordándose en mis lágrimas blancas que no era capaz de articular una sola palabra.

Respiré profundamente, intentando que en esa bocanada de aire junto al oxígeno entrara las fuerzas para dar unos pocos pasos más que me llevaran hasta donde estaba.
Pareció eterna la distancia que me separaba de él, despacito con temor a hacer ruido, sin rozar apenas el suelo bajo mis pies llegué a su lado me acerqué a él y extendí mi brazo pero sin tocarle con mi dedo índice dibujé su silueta a contraluz, me recreaba al tenerle tan cerca. Cuando él notó mi presencia se giró despacio y pude verlepero.. no la cara, aparecía borrosa y no pude distinguir ni una sola de sus facciones pero que cosa más extraña no tuve miedo, ni me sorprendió… parecía natural y tanto que lo era como comprendí después. Mis ojos y mis manos parecían las de un invidente intentando no perderme un detalle, rozando y sintiendo su calidez , su tacto con ansia casi febril, como quien toma apuntes para un boceto, como si de repente fuera a desaparecer . Me paré durante mucho rato en sus manos, la única parte de su cuerpo que no estaba cubierta por ropa, mis ojos y mis manos a la vez las miraban y las sentian,… cada pliegue, cada poro, cada detalle. Así hasta que como temía desapareció de repente
Me quedaba allí con un sentimiento de soledad, de esas que no es que estés sola es que te sientes sola, una sensación de frío, vacío y dolor que era insoportable. Me acurrucaba en el suelo sobre mis talones y lloraba en silencio. Si alguien buscara la imagen de la tristeza la hubiera tenido en mi en ese momento.
Así me desperté con esa sensación y con esas lágrimas. Era una noche de verano pero yo no sudaba por el calor, sudaba de la angustia, así me levanté de la cama… empapada en sudor frío, sudor negro como mis lágrimas y a oscuras busqué un papel y un lápiz… así me puse a dibujar como jamás he dibujado, intentando que no se me borrase de la mente y ser capaz de plasmar aquellas manos que me dí cuenta que debían ser del hombre del que me enamoraría, y dibujé… con ansia y con prisa dibujé y solo cuando acabé fui consciente de mi respiración.
Tecnía tecnicamente tantos fallos, anatomicamente tantos fallos pero eso no importaba en absoluto, sería mi recuerdo de aquella noche y buscaría en cada hombre aquellas manos hasta que las reconociera.
Volví a la cama pero no pude dormir, deseaba volver a soñar pero me fue imposible y así me encontró el alba con el recuerdo ya difuso de sus manos.

Alguien dijo alguna vez que yo le recordaba al protagonista del Alquimista porque nunca he dejado de perseguir mis sueños, uno de ellos era enamorarme y sentirme correspondida.
Yo digo que lo merecía porque nunca a pesar de la vida renuncié a ello.
¿ Será por coraje o …. quizás cabezonería?.
Llámalo como quieras pero nunca dejes de perseguir tus sueños, ya sabes el Universo se aliará para que lo consigas.