Un joven discípulo se lamentaba ante su maestro. No sabía cómo hacer para vencer las dificultades de la vida. Estaba cansado de luchar. Cuando creía haber resuelto un problema, aparecía otro en el horizonte.
A veces se notaba cansado y sin fuerzas.
Su maestro, sin pronunciar palabra le indicó que siguiera y le condujo a la cocina del monasterio. Sin mediar palabra, llenó tres pucheros con agua, encendió tres fuegos y colocó sobre cada uno de ellos un puchero. Al cabo de unos minutos el agua comenzó a hervir.
Entonces el maestro introdujo en el primer puchero unas zanahorias. En el segundo puchero puso varios huevos. En el último puchero sumergió un puñado de hojas de té. Dejó que todo comenzara a hervir y esperó.
El joven discípulo aunque no entendía nada permaneció atento y en silencio.
Al cabo de un rato el maestro apagó los fuegos. Apartó las zanahorias y las colocó sobre una bandeja. Sacó los huevos y los colocó en otra bandeja. Coló el agua donde había hervido el té y la puso en una jarra de cristal.
Terminado esto rompió su silencio y dirigiéndose a su discípulo le preguntó: ¿ qué ves ?
El joven se acercó a las bandejas y, tras reconocer durante unos segundos los productos que había sobre ellas, respondió: "zanahorias, huevos y té"
El maestro le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Él lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Tras quitarle la cáscara observó que el huevo estaba cocido y se había endurecido. Luego le pidió que probara el té.
humildemente el discípulo le preguntó: ¿ qué significa esto maestro ?Mirándole fijamente el maestro respondió: "los tres elementos se han enfrentado a la misma adversidad: agua hirviendo... pero cada uno ha reaccionado de madera diferente. La zanahoria llegó fuerte y consistente pero después de pasar por el agua se ha tornado en un elemento débil y fácil de deshacer. El huevo ha llegado al agua frágil, una cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo su interior se ha endurecido. Las plantas de té han reaccionado de forma distinta, después de estar en agua hirviendo han conseguido cambiar el agua"
¿ qué eres tú cuando la adversidad llama a tu puerta ? ¿ cómo respondes ? ¿ eres zanahoria, huevo o té ?
El discípulo comprendió la lección y comenzo a reflexionar sobre su forma de enfrentar los problemas y adversidades de la vida.